Cosmología teosófica

Opúsculo

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Y DIOS RESONÓ EL MUNDO

Desde nuestras coordenadas de espacio y tiempo, hace veinte mil millones de años, Dios hizo resonar Su verbo hexavigedimensional transcendente sustanciado en diez dimensiones de las cuales se desplegaron las cuatro que podemos ver y calcular con nuestros sentidos: tres de espacio y una de tiempo. Este gran estallido en el que unas dimensiones se doblan, enrollan y despliegan, genera un inmenso calor en un universo opaco lleno de radiación.

Cuando la temperatura va descendiendo de mil billones de grados kelvin hasta mil millones de grados kelvin, los tríos de cuarks se agrupan en neutrones y protones, que se van condensando en núcleos con fuerza de cohesión gravitacional suficiente para ser estables. Tras 300.000 años los electrones también se agrupan alrededor de los núcleos y se empiezan a formar los átomos. Al descender la ionización del plasma, vemos un universo transparente en el que la luz viaja libremente sobre un fondo negro de espacio profundo.

Tras un parpadeo de 3.000 millones de años desde el gran estallido se aprecian los cuásares (quasi-stellar) y a los 5.000 millones de años las galaxias; a la par que los cúmulos se aprecian también los vacíos. A los 15.000 millones de años desde el instante cero, nuestro sistema solar. El sol originado por la compresión gravitatoria de una masiva nube de gas hidrógeno lo fusiona haciendo chocar entre sí los núcleos, formando helio y liberando una enorme energía. Tras la formación de vida desde el agua, tras 20.000 millones de años desde la existenciación tetradimensional comenzamos la búsqueda del conocimiento y miramos hacia Jehová. Cuando pasen otros 5.000 millones de años más habrá en nuestra estrella amarilla demasiado helio residual, colapsando, aplastándose, quemando helio que se transformará en otros elementos que también quemará la luego estrella gigante roja, aumentando su atmósfera más allá de la órbita del planeta marte, habiendo vaporizado nuestra tierra. Cuando se acabe el helio se contraerá, por su gravedad, en una enana blanca. Otras estrellas con más del cuádruplo de la masa de nuestro sol seguirán fusionando elementos hasta el hierro, momento en que se aplastará de nuevo haciendo que las temperaturas lleguen a billones de grados colapsando el núcleo de hierro y haciendo explotar la superficie liberando la mayor energía conocida en el cosmos, una supernova, la cual tras un tiempo morirá como estrella de neutrones comprimida en sí misma en un pequeño espacio, y al girar detectaremos su parpadeo como púlsares. Si la estrella fuera cincuenta veces nuestro sol, continuaría comprimiéndose hasta el colapso total en agujero negro de la que ninguna luz podrá escapar. Todo ello mientras la galaxia Andrómeda aborda la nuestra, la Vía Láctea, que en nuestro presente se están acercando ya en rumbo de colisión a 125 km/s.

Por todas partes, partículas elementales como el electrón y el neutrino (leptones) tienen su entidad propia intercambiando bosones, mientras que los cuarks deben agruparse en tres para formar un protón o neutrón y mantenerse unidos gracias al intercambio de mesones pi que constan de un cuark y un anticuark intercambiando gluones. Muchísimos aspectos diferentes de todo lo que podemos observar reducido a la mínima expresión corpuscular; desde nuestra propia carne al aire que respiramos, todo de la misma materia de la que está hecha el cosmos. Incluso ante la aparente diversidad, los tres cuarks del nucleón, el electrón y el neutrino pueden intercambiarse entre sí bajo determinadas circunstancias, demostrando así ser lo mismo aunque cambie su apariencia y función. Así los envíos cuánticos conscientes son muy habituales en nuestra vida cotidiana, en nuestros aparatos electrónicos domésticos... con un telemando interactuamos en un sistema electromagnético relacionando electrones y fotones. Del mismo modo, no es mucho más complejo el envío de información alrededor del planeta, ni desde un nivel supradimensional interactuar en los cambios cuánticos necesarios para acometer una línea de acción de uno o varios humanos en el planeta, las vibraciones cósmicas transmitiendo la voluntad del Creador. Desde un origen unificado hasta el desarrollo completo y ramificado de la materia-energía, desde lo invisible extradimensional a lo dimensionalmente visible, describiendo un trayecto de ondas vibradas. Muchos fenómenos parecen no tener cuerpo ni volumen, pero son reales como la música y el calor, puras vibraciones. La radiación calorífica de los cuerpos se transmite dependiendo del medio, ondulando. El sonido, fruto de una vibración, es consistente, tiene entidad y existe dependiendo su cuerpo del medio aéreo. La música afecta el ánima, sus frecuencias resonando nos impresionan. Las ondas radiadas obedecen a un acto consciente y voluntario de emisión de contenidos cognitivos en los que hay una intención plasmada en música o palabra y sin embargo es invisible. Los movimientos ondulares en este medio dimensional genera toda la gama de partículas existentes y sus interrelaciones vibrando en diferentes frecuencias. Las formas dependen del molde, que se genera en el medio tetradimensional. No nos extrañará que todo se reduzca a una onda autoconsistente y consciente en el medio que es el cosmos.

Podemos ver a la materia como fuente de energía, permaneciendo ambas siempre en equilibrio conservado, si aumenta la energía es a costa de su masa que disminuye. La energía ni se crea ni se destruye, tan solo se transforma, derivando de este principio el concepto de materia-energía como unidad. También el espacio-tiempo tiene una relación proporcional precisa de manera que una misma distancia recorrida a distintas velocidades hace transcurrir el tiempo de los viajeros a velocidades inversas, disminuyendo su tiempo a mayor sea su velocidad. Relaciona exactamente estos principios otra constante fundamental por todo lo largo y ancho del universo absolutamente independiente: la luz y su velocidad, siempre la misma. Experimentos reales con relojes atómicos en órbita y en superficie terrestre contando el tiempo a velocidades subjetivas diferentes demuestran la unidad espacio-tiempo. Y relacionándolo todo diremos que a mayor velocidad, el espacio y la masa aumenta en detrimento de su energía y tiempo que se ralentiza. Todo equilibrado y unificado.

Experimentalmente ha sido medida la curvatura de nuestro universo en una dimensión superior invisible, la luz estelar se curva en su viaje a las estrellas. La luz de las estrellas es desviada por el sol antes de llegar a nuestro planeta como fue verificado en 1921; y esta curvatura en el espacio-tiempo aumenta a mayor sea la presencia de materia-energía. Sin embargo para sondear otras dimensiones necesitaríamos aumentar la temperatura del orden de mil billones de billones de grados, lo que es muchísimo más de lo alcanzado en el interior de una estrella. Nos están físicamente vedados los viajes a las estrellas y a otras dimensiones; pero nuestras mentes pueden idear procedimientos indirectos de comprobación, o cúmulos de pruebas circunstanciales, y nuestras almas pueden tener experiencias místicas más allá del vórtice de la Kæba (cubo) en Meca mientras los teóricos solo llegan a vislumbrar el cubo de Metatrón y los técnicos a visualizar un hipercubo.

 

/El número áureo desde Meca (video)/

ADANIDAS Y OBERONIDAS

Hay otros mundos pero están en este. Dos especies pueblan esta adunia, los adanidas o humanos de carne y hueso y los oberonidas o genios de materia-energía. Otra tercera especie viaja desde la bienaventuranza ende A£á hasta este mundo terrenal, son los espíritus angelicales de luz, ángeles, arcángeles, principados, virtudes, potestades, dominaciones, tronos, querubines y serafines, algunos de ellos viajando como mensajeros a la orden, a la velocidad de la luz apreciando este espacio desde su perspectiva con el tiempo detenido. Mas los hijos de Adán y de Oberón tenemos límites a nuestros viajes ya que más allá de las estrellas no tenemos posibilidades.

No olvidemos de entre los oberonidas a los satanes y de entre ellos a belcebú, quien ha cosechado un gran éxito en su labor de descarrío de la especie humana con sus engaños. El mejor truco del satán es convencer al mundo de que no existe. Así llena de fantasías y engaños la mente humana indefensa que se dirige al desastre. Especial extensión ha tenido el fomento de las fantasías románticas en las jóvenes, que desviadas de la realidad del esfuerzo cotidiano y el trabajo duro, se estrellan contra la vida. Si los espejismos se instalan en el espíritu de alguien en edad de formación de su personalidad, le pueden convertir en un malvado, un siervo del mal, que no deberemos confundir con un enfermo o una víctima, aunque ese sea su discurso si es evidenciado.

El mal extiende sus raíces, se implanta sutilmente, sin darse uno cuenta. Puede presentarse como ideologías o fantasías, como reivindicación violenta de supuestos derechos, cuando en realidad los siervos del mal solo quieren sacar ganancia en la agitación. Aguas revueltas, ganancia de satanes. Las ideologías que llevan a revoluciones sangrientas solo traen muerte y destrucción; y tras arrasar e incluso vencer, solo se cambió a uno para poner a otro, un 'quítate tu para ponerme yo' por el que habrán muerto o empobrecido los ingenuos y los envenenados. Y el dictador o el sectario debe manipular para sus fines el sentido de la palabra de Dios para asegurarse su liderazgo, ya que si el muslim es el que hace las cosas como Dios manda, debe ser engañado para asegurarse su colaboración.

La conciencia funciona como baliza de un sistema de alarma interno del ánima que avisa cuando te sales de las conductas que están en concordancia con la palabra de Dios, conocimiento y sentimiento ínsito en el alma humana. Podemos sentir desasosiego antes de una mala acción o remordimientos tras haberla hecho si no hemos amordazado este sentir.

Además de la alarma de desvío poseemos una guía de ruta que es el sentido común; desde nuestro interior sentimos la impronta en el alma humana que es parte de nuestra naturaleza y que nos define como humanos. Este sentido común a todos los adanidas nos dirige bien a la conclusión exitosa de nuestra vida, en nuestros proyectos, en nuestras decisiones. El depender absolutamente de nuestro intelecto, que a veces falla en sus razonamientos, como humanos que somos, nos puede llevar a una precipitación fatal y a un posible fracaso. La vista engaña, la mente también.

No olvidemos que las hipótesis y teorías deben cuadrar con nuestra realidad, sino son solo especulaciones sobre lo que fuere posible. No hay evidencias, ni pistas, ni pruebas circunstanciales que indiquen la posibilidad de viajes en el tiempo o intermundos paralelos; o en este mundo desde nuestro planeta a las estrellas y de las estrellas hasta nosotros. No hay ningún indicio que señale que tras el gran crujido habrá otro gran estallido tetradimensional. Hay muchas curiosidades matemáticas y físicas, juegos y paradojas numéricas, pero nuestras dimensiones obedecen a una topología matemática concreta que es la real. Muchas físicas posibles, pocas probables y solo una segura y cierta. Matemáticamente podemos calcular la función de onda de todos los futuribles posibles, pero solo uno se existencia.

Dirigimos nuestro pensamiento hacia el instante Ø de este espacio-tiempo. En esa eternidad multidimensional acaece una inestabilidad conscientemente dirigida manifestada en un gran estallido que despliega cuatro dimensiones, tres de ellas espaciales, sostenidas sobre una cimentación hexadimensional. Este despliegue espacio-temporal será suficiente para generar el inmenso número de variables necesarias para hospedar a la humanidad sobre una tierra segura, en cuerpo y alma. Pero esa cuarta dimensión de tiempo también será su condena final. Todo humano probará la mortalidad corporal y renacimiento del alma a otro nivel de existencia.

La mayor parte de la humanidad tiene fe, realizan actos de fe. Hasta los que no lo reconocen, están expresando un acto de fe cuando creen en las teorías de los científicos sin comprenderlas y aún estando por demostrar. No entienden la razón, pero lo creen porque lo ha dicho un científico o un erudito.

El trabajo de todos los investigadores, científicos o teológicos, en ese lento descubrir lo que ya existe, empieza por un acto de fe, creen que la solución a una cuestión planteada se encuentra en una cierta dirección y comienzan a investigar en ese sentido, documentándose, recopilando datos y conclusiones de experiencias o experimentos; formulan una hipótesis de trabajo y continúan su labor, que si va cosechando avances, desemboca en la elaboración de una teoría, la más probable de entre las posibles descartando las imposibles. Ya en este punto y sin llegar a la demostración por la experiencia, la fe evoluciona hacia la certeza, el convencimiento del investigador de que la respuesta esta allí. El siguiente paso, la demostración, es solo cuestión de tiempo, que puede que se resuelva a corto o medio plazo, o incluso se necesiten generaciones para llegar a tener los medios materiales o intelectuales para finalizar en el mejor de los casos. Aún así, y dada la estructura de nuestro pensamiento actual, puede ocurrir en un futuro que se demuestre que la solución estaba en otra dirección posible aunque se consideró en su momento como no probable.

No todo el mundo llega al paso de tener fe a tener certeza, lo que les lleva a no actuar en consecuencia con su fe en ocasiones. Otros muchos adanidas que solo tienen tiempo para trabajar y llevar comida a casa, poseen una fuerte fe asentada en su sentido común y rechazarán teorías insensatas. Es más, ese sentir firmemente en su interior su sentido común les llevará de la fe a la certeza. Otros pocos humanos verdaderamente no se creen nada de nadie, ni científicos, ni teólogos, ni profesores o familia; pero si obran con sentido común escuchando su conciencia tienen una gran posibilidad de éxito.

Los antropólogos en particular y los hombres y mujeres de ciencia en general están de acuerdo, ante la evidencia, en que el ser humano es un ser religioso. Desde las culturas más atrasadas hasta las más avanzadas, todos sienten la necesidad de dirigirse hacia una realidad superior consciente que les posibilitó en la existencia. Es una característica humana, por tanto, la religiosidad. Los animales irracionales siguen sus instintos, su naturaleza, y actúan con respecto a ella; el ser humano también obra en consecuencia a cómo fue creado y desde su interior siente que debe relacionarse íntimamente con el Creador; un animal hace lo que debe de hacer y un humano también. Si las creaturas actúan conforme a la naturaleza de su creación, el adanida manifiesta en sí mismo la prueba de la existencia de Jehová, una conexión que le incita a volverse hacia Dios, un mensaje grabado en su interior que le afirma que A£á existe y a Él ha de volver.

Además de la impronta implícita en el alma, la raza humana ha sido aleccionada y advertida de forma explícita en numerosas ocasiones a lo largo de la historia y prehistoria de la humanidad. Pueblos que no escucharon a los profetas enviados fueron exterminados, como los aditas o tamudeos, fulminantemente y con medios no disponibles por la humanidad ni siquiera en la actualidad, tal y como les fue admonestado. Otros pueblos fueron castigados como se les había advertido y otros simplemente fueron abandonados a su libre albedrío una vez finalizado el periodo de los profetas.

Hay una probabilidad matemáticamente finita de que ocurran milagros que contradigan aparentemente la física habitual, pero esas inestabilidades serían posibles tras más siglos de los que viviría el cosmos, por lo que si ocurren no es por casualidad estadística. El mismo gran estallido supera las probabilidades matemáticas de que sea un hecho casual, ergo debe de haber sido provocado conscientemente. Después de un gran estallido seguido de un gran crujido de nuestra existencia es improbable que se repitan las condiciones para otro gran estallido y crujido en series continuadas. El despliegue único de las dimensiones que posibilitan este cosmos supera con mucho el cálculo de probabilidades.

Por la misma navaja barbera de Guillermo de Ockham deducimos que es más sencilla la explicación de la existenciación de este mundo por un acto volitivo de Dios, que por marañas de razonamientos lógicos e hipotéticas posibilidades de complejidad estadística sobre una posibilidad improbable e insegura. Así como dijo Ricardo Feynman: "Otros, los estudiantes inexpertos, hacen conjeturas que son muy complicadas, y de alguna manera parece que todo es correcto, pero yo sé que no es verdadero porque las verdades siempre resultan ser más sencillas de lo que uno piensa."

TE GANARÁS EL PAN

Efectivamente, lo que conseguimos en esta adunia nos lo hemos de ganar, desde las necesidades básicas hasta la satisfacción de cualquier meta, con trabajo y tesón. Este es el gran yihad y así funciona la mecánica de nuestra existencia en nuestros cuerpos físicos. Pero hay personas que hacen su vida en la calle oteando las posibles víctimas de su depredación, ya que han aprendido que es más fácil y rápido esperar a que otro trabaje con esfuerzo durante meses para comprar lo que quiere y luego robárselo en un momento de descuido. ¡No va a trabajar durante un año si lo puede conseguir en un minuto!

En países en los que no es obligatoria la enseñanza a ningún nivel, los niños pasan demasiado tiempo en las calles al lado de acechantes lobos para el hombre, depredadores humanos y prostitutas de quienes aprenderán su escala de valores, el camino fácil sin moral, sin esfuerzo y satisfacción inmediata y caprichosa de sus deseos. Personas que construyen su personalidad e idiosincrasia en las calles y plazas acallando su conciencia; no tienen la más mínima intención de sentir remordimientos y sentimientos de culpabilidad.

También asistimos en otros países al desastre educativo en planes de enseñanza en los que solo se exige a los alumnos el saber una serie de datos de memoria; pero en absoluto se contempla la formación integral del alumno. Así encontramos a jóvenes con ausencia de valores excepto el del propio interés sin consideración hacia los demás.

Muchos se encuentran perdidos, desorientados, sin comprender cómo funciona la vida y menos aún la suya, cómo funcionan las interrelaciones humanas, el medio ambiente, el cosmos y la otra vida. Si se sobrepasa la adolescencia sin ideas claras a estas cuestiones vitales, el individuo se encerrará en las ideas pragmáticas más convenientes para tener éxito en sus proyectos de vida material y egoísta, sin tener en cuenta moral o ética alguna, tan solo no quebrantar la ley humana, o únicamente que no le pillen, dirigiéndose a su propio provecho.

Dentro de nuestra naturaleza humana está la posibilidad de error, la imperfección de nuestros procesos de pensamiento, toda ideología se plasma imperfecta al desarrollarla el adanida. Siempre hemos de ser realistas sabiendo que el horro albedrío es usado para el bien y para el mal, y que es más fácil el camino del egoísmo hacia el mal.

 

© madraza Maslama; memorativo Prof. Idrís Rubín

 

/Aleya del Escabel (video)/

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